El ataque del tiburón de dos cabezas
2-Headed Shark Attack , USA, terror/acción, 2012
Qué gran película. Que gran despropósito.
Un grupo de estudiantes se han apuntado a unas clases de náutica en el Pacífico. Mientras navegan, el barco sufre una avería y desembarcan en un pequeño atolón. Lo que ninguno sospecha es que el responsable es un gigantesco tiburón blanco transgénico de dos cabezas, que no contento con destruir el barco se dedicará a darle cabezazos a la isla para hundirla. Sí señores. Cuando llegan a la isla uno piensa: «vaya chorrada, ahora esperan a que los vengan a rescatar, y listo». Pero ¡no! Los autores nos tienen reservada una plétora de ridiculeces para confundir la historia, llevarla por los mas absurdos derroteros, hasta hacernos desear que el animal se los coma a todos de una vez para que acabe ya.
(Como ya sabéis, aquí hay spoilers). Para empezar, en plena emergencia Carmen Electra intenta lanzar un «may-day» para que los guardacostas los rescaten, pero no hay comunicación. Así que ella, como no tiene nada mejor que hacer, se va a la cubierta y se tira a broncearse. Y ojo, nada de tirarse sin mas, para broncearse al estilo Baywatch hay que contornearse con el pelo al viento y frotando las rodillas una contra otra.
La escena de las dos adolescentes semidesnudas frotándose en el agua es probable que fuese la idea original de toda la película. Me estoy imaginando al autor: «podría hacer una película en la que dos jóvenes hermosas se lo montan en la playa, y cuando llaman a un chico para montar un trío, aparece un tiburón y se las come. Vaya, pero tendrían que ser dos tiburones… ¡ya sé, un tiburón de dos cabezas!». Y de ahí fué imaginándose todo lo demás. Lógicamente, se han preocupado mucho de que todo vaya de a pares. También de que haya muchos personajes descartables, porque el animal, como podéis imaginar, se los va comiendo de dos en dos, y tiene que haber carnaza hasta el final. Pero ni siquiera en esa fantástica escena se ha hecho presente el sentido común: las chicas están en una de esas playas transparentes, con menos de un metro de profundidad, donde el agua les llega a la cintura y se puede ver la arena, ¿y el tiburón se las come desde abajo?. Venga, que esa escena es para una película de pirañas, no de tiburones gigantes. Cuando se las come, sin que se vea el bicho siquiera, las chicas empiezan a tener espasmos como si se hubieran pisado un cable pelado.
Y así, uno tras otro, cada diálogo, cada escena, parece destinada a ser mas ridícula que la anterior. La monda es que el tiburón empieza a dar cabezazos contra «los bajos» de la isla, para hundirla, ¡y lo hace!
Vale, me tengo que resistir a seguir contando la película. Y me cuesta mucho, creedme, porque está plagada de perlas, es muy divertida. Pasemos a otro tema: Las mujeres. El reclamo fundamental es que está llena de chicas cachondas en bikini, y ya. Carmen Electra ya no es lo que era, pero aún mantiene algo de su sex-appeal. Brooke Hogan está bastante buena; tiene algo extraño que la hace atractiva. Hasta que te das cuenta de que se parece a su padre y se te atragantan las magdalenas.
Una película recomendada para ver en una tarde veraniega, a esa hora en que el sol pega demasiado fuerte y uno se vuelve a casa a refrescarse y tirarse un rato en el sofá. Quizás nos esté salvando de un cancer de piel.
Director: Christopher Ray
Guión: Edward DeRuiter, H. Perry Horton
Elenco:
Carmen Electra
Charlie O’Connell
Brooke Hogan
Gerald Webb
Geoff Ward
Tihirah Taliaferro
Michael Dicarluccio
Lauren Vera
Mercedes Young
David Gallegos
Marckenson Charles
Ashley Bissing
Corinne Nobili
Benjamin James
Shannan Stewart
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